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La salud ajena

Julio César Payán
Médico. Colombia

Trabajo preparado para el Curso Internacional "POLÍTICAS PUBLICAS, MUJER Y SALUD". Universidad Itinerante

A veces las palabras, los discursos y los escritos se convierten en  trampas que aprisionan al autor o autora de ellas. Eso en la cotidianidad, se llama caer uno víctima de su propio invento. En este caso, cuando preparaba o mejor dicho, luchaba, con esta charla, me sentí aprisionado por la palabreja Paradigmas y por la lucha que hemos adelantado para que la ortodoxia alopática médica sanitaria le abra espacios a otras racionalidades o formas de relacionarse con la vida, esto es, que se deje permear por otras miradas, y acepte otros paradigmas.
Porque en esta charla quiero decir cosas que van más allá del repetido discurso del enfoque paradigmático, quiero decir, por ejemplo, que si de este trabajo que todas y todos realizamos en la Universidad Itinerante, no salen cambios en nuestras concepciones de la vida y una propuesta revolucionaria frente al actual modelo médico de salud, el esfuerzo no habrá valido la pena.
Y es que desde mi punto de vista el problema de la salud en general y el de la salud-mujer que es lo que específicamente nos convoca no es de leyes, ni de coberturas, ni puede dirigirse a  medicalizar más a las mujeres, ni a colocar más ladrillos al edificio de la salud pública actual, que es un edificio donde sólo caben y viven los que lo han construido, de espaldas al pensamiento propio de nuestros pueblos. No, el problema es el mismo modelo médico sanitario actual que es excluyente, impositivo, ajeno a nosotros (as), desconocedor de otros conocimientos más sabios, de otras experiencias, saberes y formas de relacionarse con la enfermedad, la vida y la muerte, es patriarcal y antropocéntrico.

Otra mirada a la historia

Como lo plantea William Ospina en "Los Nuevos Centros de la Esfera", con el arribo de las tres carabelas, con nombres cambiados a última hora, a las costas americanas, se inició la globalización, ya que se pasó de las visiones continental europea y localista americana, a la visión de un mundo amplio, ancho y ya no ajeno, sino con dueños propios, según quienes fueran los vencedores.
Y como los vencedores no fueron los indios americanos, el medio globo Europeo engullo la otra mitad de la esfera. Fue una globalización en la que desapareció la mitad del mundo, y así hemos continuado.... Es, vista de esta manera, una globalización excluyente, violatoria y negadora de otras razas y de otros pensamientos.
Por eso mismo creo que la verdadera globalización tiene que surgir desde los invisibilizados y excluidos,   como lo han sido el  pensamiento y la presencia física de las mujeres, las racionalidades indo americanas, los negros y otras manifestaciones de vida excluidas  desde el antropocentrismo y patriarcalismo europeo de su época.
Al excluir a la mitad americana se desconocieron sus modelos de organización en lo social, en lo cultural, en lo político y lógicamente en lo que a la salud respecta, ya que esta es el resultado de los anteriores.
Así que nuestras prácticas médicas, que tenían que ver con nuestra naturaleza, con nuestra cosmovisión, con nuestra espiritualidad, con el arco iris, con las nubes o con la selva, fueron cambiadas por los conocimientos de la mitad triunfadora. El modelo político y médico indígena desapareció, aunque afortunadamente aún quedan reductos de resistencia, cabildos o resguardos, pero que siempre se siguen mirando, estudiando e investigando con la mirada del vencedor. Es por esto que para reencontrarnos, recrearnos, parirnos a nosotros mismos (as) y proponer otro tipo de globalización tenemos que recuperar, hombres y mujeres, nuestra propia mirada. Aún, algunos y algunas creen que como América fue "Descubierta" en 1.942, allí comenzó nuestra historia.
Siguiendo el mismo ritmo de la  historia nos llegó importado desde Francia, con su historia de Reyes e Imperio avasallador, el modelo de democracia que desconoce nuestras formas ancestrales de organización, por eso algunos dicen que el modelo democrático aún no se ha estrenado en nuestro país, claro, nadie estrena el vestido que no le queda bueno.

Quién sabe y quién puede

Como el fin de esta presentación no es el de recuperar  la historia, lo anterior sólo lo traje a cuento para que me sirviera de preámbulo a lo que me han llamado a exponer, así que ahora vamos a relacionarlo con la cuestión central de la ponencia.
En el siglo XVII en Europa, ante la caída del geocentrismo, del descubrimiento de la redondez de la tierra, y el desplome del poderío guerrero de la iglesia, que eran 3 pilares que sostenían la cultura y la ciencia de la época, irrumpió la visión mecanicista y positivista de los fenómenos de la vida y de la ciencia. Es así como filósofos, inventores, pensadores, matemáticos, y hombres ilustrados en general comenzaron a buscar y plantear otras formas de explicarse la existencia. Que conste que todos son LOS y no de LAS ya que estas últimas casi desaparecen en las hogueras de la Inquisición durante los coletazos finales del paradigma escolástico y dogmático que se desbarrancaba.
Se da así una revolución machista del pensamiento, que también nos llegó a los y las americanas en barcos que en trueque desigual, se continuaban llevando el oro y otros metales preciosos. Y todavía, en el siglo XXI ocurre algo similar, seguimos copiando modelos que llegan por vías más rápidas y mejor empacados, vienen en el envase subyugante  de la ciencia, a cambio continuamos entregando nuestras riquezas genéticas, arqueológicas, naturales, del subsuelo y nuestra soberanía entre otras cosas. Parece que no hubiéramos aprendido de la historia. 
El modelo médico sanitario llegó en esos barcos piratas, de la mano de los "Nuevos y avanzados conocimientos" que cada vez nos tornaron mas extraños a nosotros y nosotras mismas,  alejándonos más de nuestras raíces, de nuestros ancestros, de nuestra realidad, nos excluyó más, tanto a hombres como a  mujeres, aunque ellas siempre han sufrido más exclusiones que ellos, ya que todo el modelo, no sólo el de la salud, es machista y patriarcal.
La globalización de la salud quedó establecida y se definió quiénes mandan, quiénes saben,  quiénes pueden detentar el saber, quiénes y cómo pueden demostrarlo, a quiénes pertenece el conocimiento, en síntesis, aparecen los que saben y también los (as) que no saben.

Se desarrolla el modelo

El modelo inicial evoluciona, sin cambiar conceptualmente, hasta la actualidad, así Uds. pueden entender  porque al comienzo de este escrito presenté al modelo médico actual como excluyente, impuesto, ajeno a nosotros y nosotras, desconocedor de otros saberes, patriarcal y antropocéntrico.  Por eso creo, que no se trata de tener más de lo mismo, ni de ser aceptados o aceptadas por el mismo, de ocurrir esto nada habrá cambiado y no estaríamos más que enfrentados y enfrentadas a la mas dolora auto-antropofagia.
La propuesta se dirige a revisar y revolucionar las estructuras conceptuales del modelo para que de esa acción emerja uno construido, ese sí, con la participación de todos y todas, incluidos los excluyentes y los marginadores.
Para mí, esa es la esperanza, ese es el aporte que nosotros y nosotras podemos hacer a un mundo posible, que ya se está construyendo, a veces, sin que nos demos cabal cuenta.
Para aclarar un poco más las ideas presento una aproximación al concepto de salud desde una mirada alternativa.

APROXIMACIONES AL CONCEPTO DE LA SALUD DESDE UNA MIRADA ALTERNATIVA

Generalidades

La definición de salud dada por la O.M.S. como: "El estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades", puede ser válida para la mirada y el modelo conceptual de la ortodoxia médica, pero  adquiere otras connotaciones y significados cuando se analiza de manera crítica, sabiendo que esa definición no ha tenido en cuenta otras racinalidades que no se relacionan con  la vida  desde la visión mecanicista y positivista importada, que mira y estudia lo viviente como si fuera un inmenso mecanismo de relojería, cuyas partes tienen una relación mecánica entre ellas y su entorno, sino que miran la vida  como una red de relaciones, conocimiento y conciencia en constante cambio y devenir.
En el caso del ser humano, los órganos, tales como el hígado, el corazón, el utero o los pulmones, por ejemplo, no trabajan como partes de un rompe cabezas o mecanismo de relojería (ensamblados),    sino que lo hacen con un conocimiento y conciencia de todo el organismo y de cada uno de ellos mismos (relacionados).
Es fácil entender este aparente trabalenguas si hacemos una comparación con la naturaleza, con un árbol por ejemplo: El árbol, como un todo, sabe, tiene un conocimiento que une sus raíces con el tallo, las flores, las hojas o los frutos, las raíces saben que sustancias deben de absorber según el estado de todo el árbol, igual cosa ocurre con todas sus partes constitutivas. Aunque se puede dividir en partes: raíces, tallo, hojas, frutos, nutrientes de la tierra etc. para entenderlo, a nadie se le ha ocurrido especializarse en raíces, tallos u hojas, pues sabemos que él es un sistema en donde las partes tienen que ver con el estado del todo, y el estado de este último tiene que ver con las partes.
Desgraciadamente el modelo médico actual   dividió al organismo humano para entenderlo, pero, como en la época escolástica,  confundió esa manera de entenderlo con la  realidad, y peor aún, la equiparó con la realidad.  Es decir, confundió el mapa con la ciudad  e hizo del mapa la realidad.
Así que el modelo se dedicó a estudiar las partes por separado, creó especialistas en cada una de ellas, como se puede especializar un relojero en los diferentes piñones de la máquina, se descontextualizó el órgano, se perdió el organismo, y después, para mayor dolor, la ciencia médica creyó, que uniendo las partes se recuperaba el todo, ya que mecánicamente considera que el todo es la suma  de las partes. Como para esto le fastidiaba la conciencia, el alma y los sentimientos a estos los puso a vivir aparte. Por eso tenemos enfermedades de la mente o del cuerpo  lo que aumenta nuestra ruptura y esquizofrenia vital y cotidiana.
Este es uno de los pilares constitutivos del modelo médico actual, un modelo deshumanizador al romper la integralidad del todo vital. Por eso insisto en que no se trata de ser aceptadas por el modelo, se trata  de abrir un diálogo de concepciones y racionalidades con él y con otros, para que de ese diálogo inter y trans cultural emerjan las fuerzas que den origen a ese mundo posible del que hablaba anteriormente.
Así que en primer lugar analizaré la definición clásica de salud dada por la O.M.S., y en segundo lugar plantearé una aproximación a lo que consideramos salud desde nuestro punto de vista.

Visión crítica de la salud según la O.M.S.

Veamos ahora las limitaciones que le encuentro a la  definición de salud ya enunciada.
Pienso que cuando se habla de la salud como "UN ESTADO", se la mira como algo estático, como un modo  de ser,  y pierde toda la visión dinámica y cambiante que requiere el ser humano para permanecer vivo en el flujo de la vida misma. La visión estática está de acuerdo con el paradigma mecanicista del método cartesiano en el que se sustenta el paradigma científico de la medicina convencional, pero no corresponde a la visión del ser humano como un ente vital. La vida es fluir, es cambio, tiene un orden propio que aparenta caos, (estado que no acepta la mecánica del reloj),  que es imposible de encuadrar en modelos estáticos, de completo bienestar, físico o mental.
Es importante que Uds. recuerden que el cambio, el caos y la inestabilidad son características que el mismo modelo ha atribuido a lo femenino. Por eso, aunque me vuelva reiterativo insito en que no se trata simplemente de ser aceptados o aceptadas por el modelo, no, hay que revisarlo, para re-evolucionarlo.
Cuando la definición habla de "Completo bienestar físico, mental y social", coloca a la salud  como algo imposible e inalcanzable, algo así  como un estado de felicidad celestial.
Cuando un "Estado", es imposible e inalcanzable, introduce en sí mismo un elemento perturbador consistente en la INCAPACIDAD de alcanzarlo, pero con la ilusión de tenerlo algún día. De la incapacidad y de la ilusión surge un tercer elemento como es el de la necesidad continua de tener siempre un bastón, o una institución, en este caso la institución médica sanitaria ortodoxa, que le permita no perder la esperanza por un lado, y que la realidad a que se ve sometido no sea tan difícil. Así se mantiene en el miedo del sometido que siempre  requerirá de los grilletes del esclavo, y de la mirada aconductadora del amo, aprenderá a ser paciente, a esperar, y a tener relaciones de subordinación ante el estamento sanitario. "Si no le temes a Dios témele a la sífilis", decían hace dos siglos, ahora se puede cambiar la sífilis por el SIDA, la osteoporosis, el cáncer, la gripa, la gordura, la celulitis, los problemas de pareja o los hijos no criados según el modelo.
La noción de bastón o de institución regidora con lleva la necesaria protección que hay que prestarle a los desvalido e ignorantes enfermos (as), a los que no pueden, a los que no saben, a los incapaces, algo así como que continuamente hay que llevarlos de la mano para que se mantengan en la norma. No es la protección amorosa y liberadora, es la protección que genera sometimiento, dependencia y avasallamiento, es la protección del macho policivo.
La misma definición obliga a que la gente se pregunte en todo momento si de verdad puede estar sana, alcanzar lo inalcanzable, y a que la institución, implicada en la misma definición, le demuestre en todo momento que siempre tiene algo funcionando mal como pueden ser: un lunar mal colocado, un glóbulo rojo que burló la barrera del riñón, un futura osteoporosis, que sólo existe en las entrañas de una máquina, un pensamiento desviado, o hasta una idea genial que no sea compartida por el paradigma reinante, entre muchísimos ejemplos que se pueden dar. Así las cosas la institución sanitaria se vuelve juez y parte, y nunca pierde: "Equivocados nunca, ignorantes jamás". Sano es entonces un enfermo no diagnosticado, y la normatividad estadística se confunde con la normalidad biológica.
Los médicos, las médicas, todo el personal de la salud, los consultorios y los hospitales nos convertimos entonces, llenos de buenas intenciones, que pavimentan el camino a los infiernos según el dicho popular colombiano, en los guardianes y policías de una salud inalcanzable y cada día descubrimos mas desviaciones de la norma para que  ésta se torne cada vez mas inalcanzable. Se llega al doloroso momento en que la definición de salud genera mas enfermedades , mas pacientes, y la necesidad de mas médicos, mas personal de salud y mas camas hospitalarias. Desde esta mirada la definición de salud comienza a girar en torno a la enfermedad, ya que convierte a ésta última en lo único posible. Es un modelo que no genera salud sino enfermedad, esto ocurre en todo el mundo.
Aun mas, cuando la medicina preventiva ortodoxa, se dedica a prevenir la enfermedad con el modelo de salud actual, suprime algunas, pero surgen o reaparecen otras. Se suprime la viruela o el polio, pero aparece el SIDA, o el EBOLA, o se dispara la T.B.C., la lepra o el dengue. Algo está fallando en el modelo.
Por otra parte la definición que nos ocupa es básicamente descriptiva ya que  no contiene ni su proceso ni su propósito, ni siquiera insinúa el efecto que sobre ese bienestar tiene el medio político, social, económico e histórico en que se desenvuelve el ser humano.
Quedan muchas reflexiones por hacer, pero dada la brevedad del tiempo concedido, no ahondaré mas en el asunto. No quiero terminar esta  parte sin recordar que una salud inalcanzable, y una enfermedad siempre presente se complementan muy bien con el mercado capitalista de los medicamentos y la industria farmacéutica, que vive de la enfermedad y no de la salud. Aun mas, vive del terror a la enfermedad, al menos, piensa la gente y el personal médico,  ya que la salud es inalcanzable, que la enfermedad no sea tan grave. La institución médica sanitaria ortodoxa vive del miedo y del terror a la enfermedad, el miedo a salirse de la norma y de la normatividad, mientras tanto el capitalismo se llena sus bolsillos con pesos, dólares o euros, y utiliza la ciencia para construir nuevos aparatos y teorías para descubrir mas enfermedades y daños, y remedios para tratar esas desviaciones que él mismo diagnostica. El círculo vicioso enriquecedor del capital,  y envilecedor del ser humano se cierra, nos encierra y se vuelve aparentemente imprescindible.
El modelo golpea a hombres y mujeres, pero esto no quiere decir que lo suframos por igual, ya que no nos olvidemos que el modelo médico hace parte de uno social y cultural, que son los que le dan origen, y estos están enmarcados dentro de la misma visión patriarcal y machista, así que las mujeres lo sufren en todas sus manifestaciones.

Por una aproximación diferente de la salud

Tenemos que comenzar a ver la salud no como un estado, sino como un PROCESO, para verla en su significado de movimiento y cambio. El ser humano está constituido por billones de células,  cada una con miles de millones de moléculas  a miles de reacciones por segundo, formando un sistema que intercambia materia, energía e información con su medio ambiente, con memoria genética e historia social, cultural y antropológica. Así que no puede ser la visión estática de estado, sino la dinámica de un proceso alejado del equilibrio, complejo y aparentemente caótico   con procesos adaptativos de auto-eco-organización.
El proceso es también social ya que el ser no es sólo la individualidad aislada, sino  un ente que forma, transforma y es transformado por el medio social; de ser una individualidad pasa a ser una singularidad en lo biológico y social con una normalidad y orden propios, que no tiene porque adaptarse a normatividades masificadoras o estadísticas, así que hay que aceptar sus procesos de auto-eco-organización  que lo hacen interdependiente con todo su medio.
Todo esto nos permite, a todos los seres vivientes, hacer parte activa de la vida y comportarnos como  emergencias de ella,  así que la relación  de la singularidad interdependiente se expande a todo el cosmos, siempre teniendo como referencias su medio económico, social, político e históricos. Es así  como entendemos lo holístico.
Finalmente, ese proceso vital que es la salud surge como una resultante de los sucesos nombrados, y se expresa como la  sensación de bienestar en la vida que  al ser singular e interdependiente  no permite que se la reduzca   a normas o modelos prefijados.
Los valores "normales" y "normativizadores" que desde la tecnología, o la biología, sustentan el modelo de salud ortodoxo,  se pueden tener como referencias o aproximaciones pero  solo como una parte del proceso dialéctico que es la salud, y solo servirán si se evalúan dentro de todo el amplio referente que es el ser humano holístico.
Así que planteamos como propuesta a discutir, la siguiente aproximación a una definición de salud: "Salud es un proceso dialéctico, biológico,  social, singular e interdependiente, dado por las relaciones del ser vital con el cosmos, en un proceso de adaptación y aceptación en una sociedad  con sus relacionas culturales, políticas, económicas, de producción, vitales e históricas propias, que finalmente aparece como una sensación de bienestar en la vida, no definido únicamente por normas o modelos prefijados, masivos o estadísticos".
La enfermedad, desde este punto de vista, no es lo contrario a la salud, sino que hace parte del devenir vital y se la considera como un proceso  auto-eco-organizativo  en un ser humano dado, al que no es que le dé una enfermedad, sino que él la hace como parte de su recorrido vital y teleológico .
El abordaje, tanto de la salud como de la enfermedad debe modificarse teniendo en cuenta estos puntos generales:

  1. Al aceptar que hay estados singulares de salud o de enfermedad se deben respetar los procesos de auto-eco-organización de las personas, esto es, permitirle el ejercicio de autodeterminación tanto en lo individual como en lo colectivo o social. La medicina, y el aparato sanitario actuarán como coo-reguladores solidarios y cooperativos en el ejercicio de esa autonomía. Surge así el principio de solidaridad que reemplaza al de imposición al que estamos acostumbrados.
  2. El sistema sanitario se convierte en un actor principal en la promoción de la vida y en la  prevención de la enfermedad pero con la participación activa de todos y todas las ciudadanas. Esto incluye no sólo políticas de salud, sino también de Estado.
  3. El sistema de salud, dentro de la concepción incluyente, tiene que tener en cuenta, respetar, reconocer e integrar concepciones y racionalidades que hasta ahora han sido marginadas. Aquí se incluye las políticas y concepciones de género, las sabidurías ancestrales, las concepciones alternativas y en fin, la multi etno culturalidad de la que habla la Constitución.
  4. Para permitir, reconocer y aceptar plenamente los procesos de autonomía social se hace indispensable tener mecanismos de verdadera participación comunitaria. Por eso, la salud pública tiene que ser responsabilidad del Estado, que no la puede delegar en entes privados.

Vistas las cosas de esta manera la lucha por la salud es un escenario que nos convoca a todas y todos ya que no se trata únicamente de que las mujeres luchen por el acceso a un aparato de salud normativizador y excluyente, sino por políticas de Estado que  permitan la emergencia de un modelo incluyente en el cual la reconciliación de los sexos y de los diferentes sea posible.

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