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Odontólogo. Perú

La amalgama de plata es un material restaurador empleado en la odontología cuya función es rellenar el defecto o cavidad que queda después que el dentista limpia una caries (Fig.1). Su uso data de hace mucho y desde que se le comenzó a utilizar como material restaurador surgieron controversias acerca de su composición y los efectos secundarios que podrían originarse después de colocado en la boca.
El contenido de mercurio y el hecho de ser un material poco noble son motivo de discusión hasta hoy.

Amalgama_1Composición
El material se prepara  mezclando mercurio con un polvo constituido por partículas de una aleación metálica. De hecho, no solo contiene limaduras de plata sino partículas de otros elementos (1) (tabla 1). Al combinarse las partículas metálicas con el mercurio en un mortero, se obtiene un empaste de color gris claro que viene a ser la amalgama.

Aleaciones para amalgama
Plata mínimo 65 %
Estaño máximo 29 %
Cobre máximo 6 %
Cinc máximo 2 %

El peligroso mercurio
Desde el momento que se coloca en la boca, la amalgama libera mercurio durante su secado y endurecimiento. Con el paso del tiempo la amalgama sufre cambios electroquímicos a lo que también se conoce como corrosión. Este fenómeno lleva a la degradación de ciertas fases que la componen conduciendo a la liberación de mercurio libre (1).
El mercurio puede producir por intoxicación crónica, cuadros de inflamación linfática, inflamación de las mucosas de la boca (amigdalitis, faringitis), migrañas, periodos de ansiedad, falta de voluntad, pereza, agresividad, dolores óseos, incluso problemas de vías urinarias (2).
Los iones de mercurio liberados en la boca en presencia de la saliva (líquido conductor) se separan y forman en los tejidos de la boca complejos METAL - PROTEICOS (afinidad con las proteínas) que tienen la capacidad de inducir a estados alergicos (3, 4).
La existencia del mercurio en nuestro organismo predispone y prepara el terreno para otras alergias a otros elementos como las que se tienen al polen, polvo, ciertos alimentos, etc.
El mercurio juega un papel central en el fenómeno de la sensibilización de nuestro cuerpo a cualquier otra sustancia.
El mercurio se acumula mayormente en la corteza cerebral, el hígado y el riñón. Su eliminación es muy lenta, por ejemplo, se sabe que su vida media en el cerebro es de 18 años (4).
El mercurio inhibe la proliferación celular y destruye la membrana de la célula, tiene el efecto de precipitar proteínas, reduce el ARN celular y bloquea el sistema enzimatico (5, 6).

La corriente galvánica: Una pila eléctrica en la boca
En odontología es bien conocido el efecto de “choque galvánico” cuando existen metales en la boca.
Planteamos el siguiente caso: Una restauración o curación de amalgama se halla en un molar inferior pero este tiene como antagonista directo a una molar superior con la cual suele contactar. Si esta última contiene otro metal y ambos molares hacen contacto, se produce un corto circuito entre ambos metales. El resultado es un dolor agudo. Esta transmisión de corriente eléctrica se debe a que cada diente con metal se comporta como los polos de una batería. Si a este hecho sumamos a la saliva (medio conductor) estaríamos hablando de una BATERIA EN NUESTRA BOCA (fig.2)
Consideremos que hay personas que tienen muchas de estas curaciones dentales con amalgama por lo que la generación de estas corrientes eléctricas es constante.
Como sabemos, a nivel de las fibras nerviosas se transmiten los impulsos eléctricos que son la información por la cual se ejecutan diversas funciones orgánicas sensitivas y motoras.
Amalgama_2 La generación de impulsos eléctricos anormales desde las restauraciones de amalgama u otros metales en la boca serían señales interferentes que afectarían las transmisiones normales y fisiológicas a nivel del sistema nervioso. El nivel de irritación sería tal que se traduciría en diversos síntomas neurológicos como mareos, vértigo, irritabilidad, insomnio, cefalea, etc.
La odontología neurofocal (especialidad que estudia la relación entre los dientes y los órganos del cuerpo) considera que muchas veces esta corriente galvánica es causa de muchos problemas de salud cuyo caso se puede solucionar solo retirando los metales de la boca.

Disminución de las células de defensa: Un serio problema
Por los años ochenta el investigador norteamericano D.W. Eggleston (7) de la universidad del sur de California hizo un estudio en tres pacientes que alojaban restauraciones con amalgama en la cavidad bucal. Luego de retirar estos materiales metálicos observó que la población de linfocitos T4 aumentaba en un porcentaje significativo. Es mas al volver a colocar los metales, la cantidad de dicha línea celular volvía a disminuir.
Esto le hizo suponer que las amalgamas originaban en estos pacientes cierto grado de inmunosupresión.
Es cierto que aunque en esta investigación el grado de inmunosupresión no era severo, el hecho de tener múltiples amalgamas en la boca podría convertirse en un factor no conveniente en enfermedades que afectan al sistema inmune u otras en las cuales un adecuado nivel inmunológico es de mucha importancia por ejemplo, el cáncer.

Conclusiones
  • La liberación de mercurio desde las restauraciones con amalgama a lo largo de su vida en la cavidad bucal tiene un efecto acumulativo y como elemento tóxico celular puede originar problemas relacionados a la toxicidad por este material.
  • La corriente galvánica generada por las amalgamas y otros metales en la cavidad bucal es un fenómeno científicamente demostrado y puede interferir con la transmisión normal de los impulsos eléctricos a nivel del sistema nervioso.
  • Aunque son pocos los estudios que lo respaldan, el impacto del mercurio sobre las células de defensa debe ser tomado en cuenta sobretodo si consideramos su nivel de toxicidad a nivel celular.
Referencias Bibliográficas
1. Phillips RW. La ciencia de los materiales dentales. 8a ed. México DF. Editorial Interamericana 1987.
2. Payán JC. La medicina biológica. Una medicina no comprometida. Popayán. Edit. Los Robles.
3. Villavicencio H. El lenguaje desconocido de los dientes. Lima. Editorial Studium. 1985.
4. Osorio Y., Fajardo F. Mediciones bioelectrónicas: Nuevo recurso diagnostico en odontología.
Revista de la federación odontológica colombiana. 1997. Vol S4. Nº 191.
5. Osorio E., Toledano M., Osorio R., Bravo M. Influencia de la amalgama dental en las poblaciones linfocitarias: Revisión bibliográfica. Journal. 1994; 3:45-5O.
6. Stadtler P. Dental amalgam III: Toxicity. Int. I. Clin. Pharmacol Therapy Toxicol 1991;29:168-171.
7. Eggleston DW. Effect of dental amalgam and nickel alloys on T-Lynphocytes: Preliminary report. Journal of Prosthetic Dentistry. 1983; 617-619.