EL PAPEL DE LA CONCIENCIA Y DE LA CONCIENTIZACIÓN EN EL PROCEDER NEURALTERAPÉUTICO
Hans Peyer
Médico. Suiza
-- Encuentro Internacional de Terapia Neural. México 2000 --
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¿Es la Terapia Neural (TN) sólo un proceso mecánico?
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¿Realmente sólo importa donde coloco mi inyección?
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¿Es la TN sólo un suceso analítico y técnico?
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... o ¿También se incluyen intuiciones, emociones e intenciones conscientes en el proceso concreto hacia el paciente?
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¿Cuál acción recíproca entre médico y paciente es primaria?
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... o bien, ¿Puedo entender la TN como un instrumento de mi conciencia?
Con estaconferencia quiero demostrar a ustedes, basándome en casos de mi consulta, cuáles formas de relación se desarrollaron entre médico y paciente y cómo se manifiesta una intención personal en los resultados de unatratamiento neuralterapéutico.
CASO 1
Señora K.G., nacida en 1934. La paciente sufre de migrañas agudas; cada 2 semanas se presentan fuertes dolores de cabeza, son hemicraneales con náuseas, vómitos, centelleos en los ojos, y heliofobia. Los accesos duran hasta 2 días. El primer ataque se presentó a los 10 años y la paciente lo relaciona con la muerte de su padre. En la historia clínica la paciente proporciona los siguientes datos: amigdalectomía en su infancia, un aborto a la edad de 26 años, una hipoacusia repentina con tinnitus persistente a los 37 años.
Percibo al hacer la historia clínica, que la paciente se preocupa mucho por su vida, teniendo disposición a cavilar y no se acepta tener cualquier debilidad. Ella necesita mi ayuda, es una señora muy sensible, y quiero ayudarla y tratarla con mucho cuidado con aguja y jeringa. La primera inyección dentro de las cicatrices de amígdalas, intravenosa, y la colocación de pápulas en la circunferencia del cráneo llevan a un resultado impresionante. Al cabo de una semana, la señora me informa que después del tratamiento tuvo una noche muy intranquila; en sus sueños ella se vio sobre una mesa de operación y el cirujano quería practicarle una mastectomía. Al día siguiente sintió dolores en un punto del seno izquierdo y con ello recordó una pequeña operación que le habían practicado 15 años antes para extirparle un quiste. Efectivamente, encuentro una pequeña cicatriz en el seno izquierdo, la cual inyecto en la siguiente sesión. La paciente se ve muy contenta y comunicativa. Inyecto tres veces más la cicatriz y obtengo resultados muy gratificantes. En los tres años consecutivos ya no presenta ningún acceso de migraña. Más tarde aparecen nuevamente algunos accesos de migraña, que pueden observarse con relación a que la jubilaron. La nueva inyección en la cicatriz del seno y las conversaciones para una nueva planeación de su vida hacen desaparecer las migrañas para siempre.
¿QUÉ OBTENGO YO DE ESTE EJEMPLO?
El primer tratamiento propició a la paciente a tomar conciencia de que probablemente padecía de algo en el seno. La cicatriz se situaba sobre el meridiano del estómago. La relación de la constitución de la paciente (según el método chino de los 5 elementos, ello corresponde al elemento metal en conjunto con los círculos funcionales del estómago y páncreas) era obvia. Con mi tratamiento no sólo eliminó un campo de interferencia sino con ello el correlativo con el anímico por la preocupación de una eventual enfermedad fatal.
Quien se dedica a la TN muy pronto se da cuenta que muchas veces después de una inyección, el paciente presenta grandes cambios, y no solamente en la sintomatología, sino más bien en la disposición básica del paciente. Todos ustedes conocen el desacople vegetativo, en el momento de la inyección el paciente llora, no sabe lo que le sucede, sus sentimientos están sin inhibiciones y sin control. Este fenómeno lo podemos observar después de inyecciones en la tiroides o en campo de interferencia. ¿Qué le ocurre al paciente en ese momento? Aquí se presentan patrones de experiencias del pasado que están acoplados a conflictos anímicos, del alma, que han sido relegados de la conciencia y siguen latentes en el interior del paciente. Por medio de la inyección colocada en el preciso lugar se presentan ráfagas de recuerdos, que entonces vuelven a vivirse conscientemente, con todos los sentimientos que lo acompañan. Lo que se ha suprimido vuelve a ser real y cierto. Los rayos del alma que han buscado por mucho tiempo poder salir.
La curación es un proceso mental que viene del interior, y para ello es necesario un cambio de la conciencia. Si el paciente recorre este proceso como consecuencia de nuestro tratamiento neuralterapéutico, se abren bloqueos mentales y anímicos. Viéndolo como medio de regulación, se pueden presentar respuestas al estímulo en el sitio de la interferencia y provocar así el procedimiento de sanación.
CASO 2
Señor J.R., nacido en 1946. El paciente se presenta en mi consulta porque se le han presentado de nuevo alteraciones en el ritmo cardíaco. Estas no han respondido a medicamentos antiarrítmicos y durante las noches tiene estados de ansiedad. La historia clínica proporciona los siguientes datos relevantes: condición después de una bursectomía en la rodilla derecha, condición después de una operación de varices, después de una vasectornía; hace 10 años operación por úlcera duodenal. El paciente es muy introvertido y tenso.
En la primera sesión inyecto las cicatrices existentes, no se presentan reacciones especiales. Los dos siguientes tratamientos se hacen en el segmento cardíaco y en la tiroides; parecido al primer caso se presentan reacciones en el campo psíquico. El paciente está mucho más relajado, habla de sus miedos existenciales en relación con un pequeño negocio de minería y sobre lo incierto del futuro con relación a la sucesión de ese negocio. Las interferencias rítmicas han desaparecido y la ansiedad ha disminuido notoriamente.
ENSEÑANZA DE ESTO
Las inyecciones en la tiroides lograron que el paciente venciera sus inhibiciones para hablar sobre sus miedos. La vivencia consciente de sus conflictos ayudó a liberar la sintomatología somática anexa a ellos. El humano como un sistema complejo de redes, de sistemas de información con círculos reguladores cibernéticos, representa una unidad inseparable entre físico, alma y espíritu. Por medio de nuestra labor como neuralterapeutas se producen cambios en el paciente que propagan nuestra intención en todo su contorno. Por medio de la completa dedicación del terapeuta, el impulso de saneamiento que emite el médico puede fluir hacia el paciente y tener grandes logros, por ejemplo en el aspecto de abrir bloqueos. Para ello se necesitan valor, confianza y disposición, con ellos se logran predisposiciones óptimas. De esto resultan ganancias tanto como para el terapeuta como para el paciente. En la relación recíproca entre médico y paciente el proceso de sanación va junto con un desarrollo de conciencia.
Con ello el "hacer" pasa a un segundo lugar en favor del "ser" en el sentido de dejar suceder. Si nuestro trabajo encuentra eco en el paciente y este por ello acepta su estado momentáneo como lo máximo, entonces puede deshacerse de las presiones emotivas: energías bloqueadas se liberan y se logra la sanación. Nuestra acción hecha con amor y consideración propician una reacción, esta cambia situaciones caóticas a caminos ordenados. Por ello vemos que el terapeuta está incluido en el proceso de sanación. No se trata de un modelo estático o mecánico, sino de un hecho espiritual, el cual va en conjunto con un desarrollo de la conciencia y reto - actúa sobre el terapeuta SER domina HACER. En mi práctica en la TN noté, hace muchos años, que en especial las inyecciones que se aplican en la espalda, es decir, desde atrás, repercuten en el estado básico emotivo - espiritual un desarrollo de la conciencia. En las inyecciones al órgano axial - columna vertebral, involucramos al meridiano de la vejiga, el cual según las presentaciones de la enseñanza de los 5 elementos chinos, representan el elemento agua y con ello la confianza. Con un tratamiento en la columna vertebral la energía vuelve a fluir, con la inyección se da seguridad, el miedo da paso a la confianza en la vida. Si algo nos preocupa por lo general son miedos ancestrales profundos, los cuales están bloqueados por el riñón, como centro de esa fuerza. Por lo mismo, con una inyección en el polo superior del riñón procuramos que salga la fuerza vital. El sistema obtiene la posibilidad de cambio, de soltar algo. En el tratamiento local del segmento pulmonar, no sólo se eliminan interferencias somáticas, sino también se eliminan dolores del alma (el pulmón como centro del dolor espiritual y de la tristeza). Si tratamos el ganglio celíaco llegamos al intestino y con ello al correlativo de la alegría (intestino delgado); soltar y perdonar (intestino grueso), pena y cavilaciones (páncreas y estómago), pero también ira y coraje (hígado y bilis).
CASO 3
Señor H.M. Nacido en 1941. En mi turno de emergencia en el hospital visito a este paciente en la mañana temprano pues presenta dolores agudos, tipo cólicos, en el flanco del lado izquierdo, además siente dolor en la ingle y en la uretra. Sospechando que se trata de un cólico agudo en el riñón, aplico algunas pápulas en dirección a la uretra, y por arriba de la sínfisis. Posteriormente siento al paciente sobre una silla e inyecto el polo superior izquierdo del riñón. El paciente se siente mejor de inmediato; horas después sólo siente un poco de dolor, la micción es sin dolor y sin problema. Al día siguiente encontramos en la orina una pequeña urolitiasis. El tratamiento es exitoso.
El paciente que trabaja en la dirección de una fábrica, y que hasta entonces no se había enfermado, quiere saber cómo se produjo este cólico. Aparte de los factores alimenticios y poco consumo de líquidos, son principalmente miedos existenciales que agobiaron al paciente. La fábrica piensa en el despido de sus trabajadores; el trabajo acelerado ha adquirido dimensiones imposibles, el Sr. M. se preocupa por su futuro y su existencia. La relación entre esa problemática y los síntomas agudos que se presentan, llevan al Sr. M. a dejar su trabajo a un colega más joven; aún percibiendo un sueldo menor, realiza un trabajo bastante más tranquilo; fuera de algunos pormenores ya no necesita ayuda médica.
En este caso la enfermedad se presentó como regulador; el ambiente de trabajo había extenuado al paciente. La eliminación del cuadro doloroso por medio de la TN lo llevó al análisis de su situación, al cambio de la misma y con todo ello vencer el miedo existencial.
Para tratar a un paciente se debe tomar en cuenta ampliamente su desarrollo personal, que fue lo que lo llevó a su enfermedad, con todos los altos y bajos, sus tratamientos anteriores, su situación actual, su estilo de vida, sus convicciones, sus penas, sus necesidades, sus miedos y sus creencias. El paciente debe ser apreciado como una unidad para ser comprendido, debe ser recogido ahí donde está parado. Con nuestra terapia, debemos atinarle al punto básico. Se trata de captar instintivamente la "idea" de su enfermedad. Con ello el ser médico se puede ver como un arte y no se puede suplantar por ningún proceso mecánico. Siempre hay que buscar el entendimiento humano. El propósito, el pensamiento, el querer, el actuar y las condiciones del entorno son la información que estampa al producto.
El impulso que cura nunca debe ser material solamente, sino que debe crear conciencia y con ello también sentimientos. Los sentimientos como reacción del alma producen una muestra específica en las endorfinas y en las hormonas por lo cual actúan sobre cada célula. La curación es solamente posible con la disolución de los bloqueos anímicos. Sólo entonces se pueden iniciar los procesos de reconocimiento. Estos procesos desarrollan cada vez más nuestra conciencia. En un estado de estancamiento, sea físico o mental, hay un peligro; puede conducir hacia una enfermedad. Los focos de infección de las enfermedades sólo pueden ser disueltos, si a raíz de la información se vuelve a restaurar la dinámica. La meta de la Terapia es obtener un nuevo orden, un nuevo patrón de pensamientos, una nueva calidad de vida. Para ello el paciente primeramente debe comprender qué es lo que le enfermó. Cada Input (estímulo), tiene dos señales (marcas), una información definida y un grado determinado de orden. Input no es un suceso pasivo, sino un proceso activo y complejo, el cual es regido por criterios individuales de elección. Cada llegada de un estímulo, el cual es reforzado con una contestación adecuada, produce un efecto de aprendizaje y desencadena emociones. Esto nuevamente construye un contenido en experiencia (muestra específica de experiencia). Con ello se proyecta el desarrollo del individuo. Por medio del impulso terapéutico se busca la dirección positiva espiritual - mental, es decir, encontrar el objetivo, la normalización del potencial celular (-70 hasta - 90 mv), la activación de la síntesis del ATP (glicólisis aeróbica u oxidativa), la normalización del intercambio del metabolismo celular, la acumulación de bloques funcionales de los órganos y la restitución de los diversos planos de dirección (círculos reguladores).
CASO 4
Señora V.T., nacida en 1949. Yo estoy tratando a la señora T. por molestias del climaterio y por edema en ambas piernas, con riesgo de elefantiasis. Por medio de la TN con inyecciones en el área ginecológica y en la tiroides, se pudieron tratar bien los "bochornos" y el estado de depresión. Con la segunda inyección en el tronco lumbar en ambos lados la paciente reacciona con un vuelco vegetativo. (5ª sesión), un síncope vaso-vagal me obliga a suspender el tratamiento; poco tiempo después la paciente empieza a llorar, casi no puede controlar el lloriqueo. Tengo paciencia y espero. En contestación a la pregunta de "cómo se siente" me contesta con una verbosidad. Ella relata viejas lesiones psíquicas, de las cuales nunca anteriormente había hablado. Los siguientes tratamientos se presentan bastante fáciles, el edema retrocede y en algunas semanas la paciente se siente como vuelta a nacer. Por medio del tratamiento troncolumbar, el cual había llevado a un bloqueo mental y hacia la éstasis y hacia el estancamiento, se pudo solucionar el problema. El proceso curativo la llevó a una nueva calidad de vida. Lo que había estado suprimido se reactivó y se diluyó, por lo que la energía podía fluir de nuevo.
La terapia corporal siempre seguirá siendo un tratamiento sintomático, en cuanto no se acompañe de una orientación psíquica; ahí debe estar el peso del tratamiento. De ahí parte todo, también ahí debe iniciarse el impulso hacia la curación, y esto debe hacerlo el mismo paciente. Concretamente esto significa que nuestro paciente viva conscientemente esa reacción, y nos informe sobre ello. Por medio de una conversación él nos informa su sentir después de la inyección; el impulso que nosotros desencadenamos regresa hacia nosotros y origina el siguiente paso terapéutico. El lapso de tiempo entre los dos tratamientos sirve para procesar muestras de reacción liberadas. Esto, por la apertura de bloqueos para lograr nuevas metas, las cuales deben incorporarse al consciente. Prestando buena atención a los informes sobre las reacciones sentidas después de la TN, el paciente nos hace ver cómo seguir el tratamiento. Nosotros debemos desarrollar en nosotros una conciencia para lo que estamos haciendo, sin importar lo que sea. Nos debe ser claro, que todo lo que hacemos tiene un efecto reversible hacia nosotros mismos y con ello sobre nuestra conciencia que debería llevarnos a cambios en nosotros mismos.
El humano es un complejo sistema que se compone de tres partes: percepción, absorción de la información y capacidad de aprendizaje. ¿Qué fue lo que salió mal con el paciente? Por ejemplo, en el campo de procesamiento de la información, alguna respuesta es errónea o quizá no hay ninguna respuesta; hablamos entonces de una éstasis, pero todo comenzó con una percepción. El Input estaba en el pasado. El paciente percibió algo en ese entonces que lo llevó a esta interferencia. La capacidad de procesamiento consciente no se dio. Simplemente no siguió adelante. La enfermedad surgió como regulador, es decir, ella originó el estancamiento, por lo mismo, en esta situación actual la enfermedad no debería ser catalogada en esas situaciones momentáneas, sino ahí, donde se produjo el impulso.
CASO 5
Señor M.F., nacido en 1951. Padece desde hace 25 años una enfermedad de Crohn, en el íleo terminal, lo cual lo ha llevado a varias intervenciones quirúrgicas. Repetidamente se presentan fases de intensos dolores abdominales, los cuales hasta ahora han sido tratados con fármacos. A esos dolores se suman dolores en el pecho y la sensación de un nudo en la garganta. En la primera consulta el paciente exterioriza un profundo miedo en relación a su salud física, habla de su cercana muerte. El primer tratamiento es en el área de las cicatrices abdominales, en el ganglio celíaco y en la tiroides, lo cual le acentúa el dolor en el pecho, en el cuello siente una cuerda que lo ahorca. Diariamente toma varias tabletas de un ansiolítico. En el curso se presenta una epididimitis muy dolorosa, la cual desaparece con una inyección en el punto de inflamación y en la próstata.
Después de esto el paciente ya no tiene molestias con la sintomatología abdominal, la sensación de globo en la garganta sigue sintiéndose pero como un ligero dolor de garganta. Ya no toma ansiolíticos. Emocionalmente el señor sigue sintiendo "pocas ganas de vivir", pero hace su trabajo. En esta época yo trato de indagar cuál es la vivencia específica que lo ha llevado a esta fijación . No encuentro ninguna respuesta. El paciente empieza a cansarse de estarse quejando de los mismos "males", el nudo en el cuello aumenta.
Dos años después del primer tratamiento reaparece el dolor en el área genital, esta vez se obtiene la curación con una inyección en el diente frontal 42 (relacionado con el aparato urogenital). Algunos meses más tarde presenta nuevas molestias abdominales; estas aminoran con pápulas colocadas en el abdomen y con inyecciones en el ganglio celíaco. Ahora se presentan emociones relativas a su pasado muy lejano: el paciente está casado por 2ª vez, vive actualmente una unión feliz y con buenas relaciones con los hijos, pero nunca se sobrepuso a la separación de su primera esposa. Aquí no se desligó, aquí le quedó el nudo en la garganta, aquí perdió la visión en relación a los hechos. Vivió durante años estas situaciones dolorosas, para llegar de afuera hacia adentro, tuvo que vivir este proceso experimental para llegar a reconocer que puede aceptar la separación de su primera esposa. Básicamente se trataba de soltar y de perdonar, sólo después de este proceso de concientización podía llegar a su liberación y a su curación. El señor F. hoy en día es un hombre contento y liberado, muy agradecido por el aprendizaje de estas experiencias y además es un adepto a la Terapia Neural.
Espero que con estos pensamientos, los cuales he vivido como casos en mi consultorio, haya estimulado su conciencia y que haya logrado cierta reacción. La TN es un instrumento para nuestra conciencia. Nosotros como terapeutas estamos incluidos en el proceso de sanación, no se trata de "hacer", sino del dominio del "ser consciente".