PAYAN
MEDICINAS ALTERNATIVAS: UN NOMBRE EQUIVOCADO
Julio César
Payán de la Roche

Médico. Colombia









En la década del 70 se reunió en Alma Ata la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), máximo organismo de la salud ortodoxa en el mundo, para planear la estrategia que brindaría: "Salud para todos en el año 2.000". Al hacer los estudios epidemiológicos encontraron que el 60% de la población mundial cuando se enfermaba no acudía a métodos ortodoxos de consulta, sino a otros medios como los consejos del vecino, los remedios de la abuela, el farmaceuta, la automedicación, el charlatán del pueblo, el brujo tradicional, o a otros métodos médicos terapéuticos diferentes a los ortodoxos (heterodoxos), ejercidos por personal de la salud. Esto llevó a que la O.M.S., con una visión política y utilitarista, aceptara esos métodos no convencionales, y los mal denominara: "Medicinas Alternativas", cubriendo bajo una misma sombrilla, y confundiendo bajo una misma cobija al boticario de la esquina, o a la tía bondadosa, o al charlatán de turno con un Chamán o curandero indígena, con un naturista o con un acupuntor o neuralterpéuta. No, entre estas prácticas citadas, y entre sus practicantes hay diferencias culturales, científicas, éticas, filosóficas y políticas que no les permiten ser incluidas bajo una misma definición. Algo va de la Acupuntura China, al boticario que recomienda el último específico promocionado por una multinacional de drogas "éticas".

El nombre de Medicinas Alternativas no es el adecuado, sería preferible denominarlas Medicinas Ancestrales, o Culturas Médicas, o Medicinas con concepciones o racionalidades diferentes (al pensamiento lineal mecanicista cartesiano), y por otra parte, al boticario, a la tía, a la abuela o a la automedicación, se les pueden llamar métodos populares de atención primaria.

Así, aclaradas las cosas, en éste artículo me referiré a las medicinas con concepciones y racionalidades diferentes, como son la Acupuntura China (A.Ch), el Naturismo, la Terapia Neural (TN), la Auriculo Medicina, la Homeopatía y otras que generalmente son ejercidas por médicos, y que no se pueden referenciar como medicinas o culturas ancestrales, aunque entre ellas hay muchos puntos conceptuales y técnicos que las unen y permiten que  se expliquen y entiendan muy bien, lo cual es un hecho que aunque se repite todos los días, y se reafirma con los avances de la ciencia no deja de asombrarnos continuamente.

BASES CONCEPTUALES DE LAS DIFERENTES RACIONALIDADES MÉDICAS

Las primeras referencias a la A.Ch. se remontan a unos 3.000 años A,C.. Según algunos papiros el Médico del Emperador Amarillo le daba consejos para mantenerse sano él y mantener unas relaciones sanas y de poder con sus súbditos.

La A.Ch., hace parte de la filosofía y la concepción Taoísta de la vida. Según el Taoísmo hay dos principios que rigen el universo: el Principio femenino o Yin, y el masculino o Yang. Estas son dos fuerzas dialécticas que a su vez se reflejan en el ser humano (aquí se presenta una relación directa entre el ser humano y las fuerzas cósmicas, algo que le es común a todas las medicinas diferentes, así como a las ancestrales) y mantienen en armonía a los seres vivos entre sí y éstos con el universo. Cuando en el ser humano se presenta un desorden de ellas se produce una enfermedad, que lógicamente se tratará devolviendo al organismo la armonía perdida mediante la manipulación de agujas en puntos especiales y gracias a pruebas diagnósticas propias.

En estos casos el diagnóstico no es, como en la ortodoxia, de bacterias que invaden, o de cambios hormonales, o de deficiencias inmunológicas, sino de desordenes energéticos y desarmonías con la naturaleza. Aquí se presenta un fenómeno que se repite en todas las medicinas diferentes: no se trabaja con los  diagnósticos que se utilizan en la ortodoxia ya que la T.N. habla de Campos Interferentes, la homeopatía de imágenes de remedios, el naturismo de procesos tóxicos etc., y lógicamente cada una de estas disciplinas tendrá sus técnicas propias para devolver los estados de armonía perdidos.

Todas en general hablan de procesos de armonía con el universo, así que no se ve al Ser humano apartado del medio que lo rodea (exclusión), sino como parte integral, e indivisible de todo el universo (inclusión), ya que las concepciones de energías vitales valen para todos las manifestaciones de la vida en el planeta. Recientes avances, tanto en la Física Cuántica, como en las teorías de Sistemas Complejos y del Caos, como son las Propiedades Emergentes comprueban estos antiquísimos puntos de vista.

Podemos decir  que entre el ser humano y su medio exterior no hay, como lo plantea la ortodoxia, límites precisos, sino estados de borrosidades, propios de los sistemas complejos ( la piel es el órgano que nos separa o nos delimita, pero también es el que nos comunica y acerca, lo más superficial, pero también lo más profundo que tenemos. ¿ Qué profundidad alcanza una leve caricia en la piel? ), así que en el todo, ya sea en el individuo tomado como un todo, o en el universo tomado también como tal, no hay partes delimitadas, sino sucesos que actuando en sincronías producen hechos y efectos que son captados por  nuestros sentidos. Las enfermedades, por supuesto son efectos, así que para tratarlas se tienen que conocer ésos sucesos y esas sincronías. Aquí también hay una gran diferencia conceptual con las técnicas de curación ortodoxas u oficiales, que dividen al ser humano en partes y las tratan independientemente: el hígado, los riñones, los huesos, las articulaciones, el cerebro, la sique etc.. Aquí quiero recordar una frase de Hahnemann, el padre de la Homeopatía que decía: "El hombre no está enfermo porque tiene una amigdalitis. El tiene una amigdalitis porque es en su todo que está enfermo", que ilustra mejor ésta idea.

Al tener concepciones, racionalidades y visiones incluyentes de sucesos en vez de partes, y de sincronías universales, no siguen la linealidad de causa efecto de la racionalidad mecanicista occidental, ya que todo lo que ocurre en el universo incide en todo él, así que las cosas están causadas y son causales al mismo tiempo, de ésta manera mas que causas tenemos es sincronías y hechos relacionados entre sí, "Las cosas operan sobre sí mismas, una y otra vez", decía M. Feingenbaum.  Nuevamente, avances  de la física cuántica, como son los experimentos de Clauser y Aspect, comprueban estos puntos de vista.

Con éstas concepciones de no causalidad, sino de relacionamiento y sincronías, las medicinas diferentes se apartan aún mas conceptualmente, del mecanicismo con que la racionalidad cartesiana ha mirado al Ser humano desde los siglos XV y XVI que permite, al igual que un reloj, como es la ideología mecanicista, dividirlo en componentes y segmentos para aceptar la especialidad que permite profundizar en cada uno de ésos componentes o segmentos. Por eso, las medicinas como la TN, o la A.Ch., no se pueden tomar como especialidades ya que entonces se desvirtuarían en su esencia. Al disminuir la importancia de la especialidad, la parte, y dar valor al suceso (proceso dialéctico), las medicinas a que nos hemos venido refiriendo adquieren visiones filosóficas, éticas y políticas diferentes a la ortodoxia médica oficial, así que lógicamente cambia la visión de la salud, de la enfermedad y del Ser Humano, y los procesos de educación para la salud y la promoción toman tintes diferentes, y el hombre y la mujer recuperan su lugar en un universo incluyente con una visión holística y sistémica compleja, en donde repito, todo está relacionado en una red de relaciones y conocimientos, como "Un tejido sin costuras".

Así mismo, esta visión holística y dialéctica, ya que el ser humano y el cosmos están en cambio constante, hace que las medicinas no ortodoxas no hagan diferenciación entre sique y soma, mente y cuerpo o energía y materia ya que ven al ser humano como una totalidad consigo mismo y con su entorno. En su práctica priman más la síntesis  que el análisis, el orden propio de los sistemas vivos, que los modelos impuestos por los recetarios o las estadísticas masivas,  reaparece la importancia del enfermo o enferma como un ser singular e interdependiente, y se merma el protagonismo de la enfermedad o el diagnóstico, y ante el proceso patológico, que no es más que un síntoma de la disarmonía, se impulsa al organismo del enfermo para que él  haga procesos de autocuración que le permitan su propia auto-eco organización, para así recuperar su orden propio, que no necesariamente está dado por modelos de salud preestablecidos, bien sea por estadísticas masificadoras (valores tensionales, niveles de determinadas hormonas, presencia o no de bacterias en determinados fluidos, etc.), o por rígidos patrones culturales, como pueden ser pautas de comportamiento, o linealidades en la forma de pensar, etc.

Como vemos las mal llamadas medicinas alternativas tienen concepciones filosóficas, éticas y políticas que las diferencian de la ortodoxia, así que no se pueden tomar como unas meras técnicas "alternativas", o confundirlas con maneras primarias y populares de mantener la hegemonía ortodoxa como la automedicación, el farmaceuta que receta, o las yerbas recomendadas, con vademécum de cartilla, por la última revista.

Esas concepciones y racionalidades diferentes permiten abrir un diálogo de saberes con otras concepciones médicas y con otras culturas, pero también requieren de rigurosidad científica y seriedad y profundidad en sus planteamientos.

En Colombia, y en el Cauca en particular, donde tenemos todas las riquezas de las culturas médicas ancestrales, un buen nivel ortodoxo, y una gran fuerza y presencia de otras racionalidades en la salud, el terreno está abonado para un diálogo de ésas características, cuyo resultado será beneficioso para nuestros y nuestras enfermas y para que de él surga la posibilidad de una propuesta de salud más humana y más acorde con nuestra historia.